Editorial: Bruño
Autor:
Knister
Trata
de una niña llamada Kika, a la que le encanta hacer hechizos desde que un buen
día se encontró un libro de magia sobre su cama y lo leyó con mucha atención.
Un
día sacó un libro de la biblioteca que hablaba todo sobre vampiros y explicaba
que procedían de Transilvania. Tras leerlo, Kika decide trasladarse por arte de
magia a la antigua Transilvania a conocer de cerca los vampiros, utilizando “el
salto de la bruja”. Para ello es necesario utilizar un objeto del lugar y la
época donde desea viajar, en este caso utilizó un guante de vampiro. Preparó
una lista con todo lo que deseaba llevarse al viaje: Un espejo pequeño, para
comprobar si ante ella tenía un vampiro de verdad (ya que no se reflejan). Un
collar de ajos, pues detestan los ajos. Linterna portátil muy potente, porque
los vampiros huyen de la claridad. Estaca de madera para acabar con el vampiro
clavándolo en el corazón. Gafas de sol para evitar la mirada tan poderosa que
pudiera hechizar a los humanos. Bolitas de cera para taparse los oídos, ya que
cuando mueren los vampiros para siempre dan un espantoso alarido. Chaleco
salvavidas, por si tuviera que escapar por el agua, pues los vampiros no pueden
volar sobre la misma. Prismáticos para observar a los vampiros sin acercarse
demasiado. Disfraces de vampiro y su libro secreto de magia.
Esa
misma noche realiza “el salto de la bruja” y va a parar al patio de un castillo
cuya puerta principal se encuentra abierta y Kika decide entrar. Es nada más y
nada menos que el castillo del Conde Drácula. Recorre los pasillos y sótanos
hasta llegar al ataúd de Drácula.
En
las noches de luna llena, los vampiros salen a buscar sangre humana al pueblo y
a pesar de que todas las puertas de las casas están con coronas de ajos, los
vampiros siempre cobran alguna víctima. Kika decide averiguar cómo lo consiguen
y averigua que en sus cacerías todos se ponen una pinza en la nariz para no
oler el ajo. Entonces Kika idea un plan con los vecinos del pueblo, cambiando
la hora del reloj de la torre y haciendo
que los gallos canten antes de lo habitual, mientras ella desde lo alto de la
misma alumbrará en el momento oportuno con su linterna directamente a los ojos
de Drácula. Así consiguen engañar a los vampiros, haciéndoles creer que está amaneciendo
y huyen horrorizados cubriéndose con las capas. Tras el agradecimiento del
pueblo, Kika vuelve a su casa, antes de que se despierte su familia.
Opinión
personal: Me ha parecido “terroríficoooooo”.
David
Ribagorda González
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