lunes, 11 de febrero de 2013

Kika Superbruja En el castillo de Drácula



Editorial: Bruño

Autor: Knister

Trata de una niña llamada Kika, a la que le encanta hacer hechizos desde que un buen día se encontró un libro de magia sobre su cama y lo leyó con mucha atención.
Un día sacó un libro de la biblioteca que hablaba todo sobre vampiros y explicaba que procedían de Transilvania. Tras leerlo, Kika decide trasladarse por arte de magia a la antigua Transilvania a conocer de cerca los vampiros, utilizando “el salto de la bruja”. Para ello es necesario utilizar un objeto del lugar y la época donde desea viajar, en este caso utilizó un guante de vampiro. Preparó una lista con todo lo que deseaba llevarse al viaje: Un espejo pequeño, para comprobar si ante ella tenía un vampiro de verdad (ya que no se reflejan). Un collar de ajos, pues detestan los ajos. Linterna portátil muy potente, porque los vampiros huyen de la claridad. Estaca de madera para acabar con el vampiro clavándolo en el corazón. Gafas de sol para evitar la mirada tan poderosa que pudiera hechizar a los humanos. Bolitas de cera para taparse los oídos, ya que cuando mueren los vampiros para siempre dan un espantoso alarido. Chaleco salvavidas, por si tuviera que escapar por el agua, pues los vampiros no pueden volar sobre la misma. Prismáticos para observar a los vampiros sin acercarse demasiado. Disfraces de vampiro y su libro secreto de magia.
Esa misma noche realiza “el salto de la bruja” y va a parar al patio de un castillo cuya puerta principal se encuentra abierta y Kika decide entrar. Es nada más y nada menos que el castillo del Conde Drácula. Recorre los pasillos y sótanos hasta llegar al ataúd de Drácula.
En las noches de luna llena, los vampiros salen a buscar sangre humana al pueblo y a pesar de que todas las puertas de las casas están con coronas de ajos, los vampiros siempre cobran alguna víctima. Kika decide averiguar cómo lo consiguen y averigua que en sus cacerías todos se ponen una pinza en la nariz para no oler el ajo. Entonces Kika idea un plan con los vecinos del pueblo, cambiando la hora del  reloj de la torre y haciendo que los gallos canten antes de lo habitual, mientras ella desde lo alto de la misma alumbrará en el momento oportuno con su linterna directamente a los ojos de Drácula. Así consiguen engañar a los vampiros, haciéndoles creer que está amaneciendo y huyen horrorizados cubriéndose con las capas. Tras el agradecimiento del pueblo, Kika vuelve a su casa, antes de que se despierte su familia.
Opinión personal: Me ha parecido “terroríficoooooo”.


David Ribagorda González

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