El anillo de Midas

Título: El anillo de Midas

Autor: Patxi Zubizarreta

Editorial: Edelvives

El anillo de Midas

Esta historia es contada por unos personajes muy particulares; primero por un piojo, que saltó a la cabeza de Javier con el pelo rizado y limpio. Después por una mariquita, que se zampó al piojo. Seguidamente por una rana que a su vez se tragó la mariquita y por último por una cigüeña que también se comió a la rana.

Javier es un niño que no le gusta hacer lo que le proponen sus tres amigos, Isidro, Fermín y Miguel y se burlan de él diciendo que es un cobarde.

Un día en la escuela, aprovechando la ausencia del profesor todos los alumnos comenzaron a alborotar y tirar cosas, cuando llegó el profesor, muy enfadado preguntó quién había comenzado y uno de los alumnos echaron la culpa a Javier. El profesor le tiró de las orejas y le dio dos bofetadas y como castigo le puso en la cabeza dos enormes orejas de burro, hechas de cartón y una lengua alargada en el cuello, también de cartón, diciéndole que durante toda la tarde sería el Midas de la clase. Midas fue un rey que tenía las orejas enormes, todos decían que tenía orejas de burro.

Nora, una compañera de clase, era la única que trataba a Javier como un amigo, aunque a él le daba vergüenza hablar con ella.

Los amigos de Javier, le dijeron que al día siguiente, después de misa iban a tirarse por un puente al agua y que él también lo tenía que hacer, pues así se convertirían en hombres y tendrían novia. Cuando llegó el momento, Fermín fue el primero en tirarse al agua, después Isidro que perdió el conocimiento y sangraba por la rodilla. Midas, o sea Javier, con un palo sacó del agua a su amigo y le hizo el boca a boca hasta que volvió en sí. Entonces, agradecido por lo que había hecho, le nombraron jefe de la banda. Mientras salvaba a su amigo, Javier encontró un anillo en el agua. Según las historias que contaba el ciego de Aibar, se trataba del anillo de Birila, el abad del monasterio de Leire que perdió su anillo en las aguas del río Aragón. Javier se lo regaló a Nora y se fueron juntos hacia el puente.

Opinión personal: El libro me ha parecido muy interesante.

David Ribagorda González