El Vidente

Editorial: Edelvives

Autor: Pilar Mateos

Trata de un niño de diez años, llamado Paulo que va a pasar una temporada en casa de sus tíos en la granja La Ribera, mientras su madre trabajaba fuera, de actriz.

En la Ribera, vivían todos sus tíos y primos por parte de su madre, a los que no conocían hasta entonces. Tuvo muy buena relación con su prima de doce años, era con la que pasaba la mayor parte del tiempo. Ésta, desde el principio de conocer a Paulo supo que era un niño especial, aunque al principio no sabía muy bien de qué se trataba, pero poco a poco, sus sospechas se iban confirmando. Paulo no podía jugar a las cartas, ni los dados… porque siempre ganaba. Era vidente, pero nadie lo sabía, excepto su prima que se daba cuenta de todo, pero no dijo nada a nadie.

Hubo historias en las que Paulo, sin querer estuvo implicado, como una mañana que desapareció su prima Regina, la blanca (que así la llamaban) no estaba en su cuarto y todos se preocuparon por la desaparición, ni siquiera los perros dieron con su paradero, pero Paulo, de forma indirecta dio pista de su paradero. Sus primos, más pequeños comenzaron a darse cuenta del don de Paulo y lo vocearon al resto de la familia, los cuales no estaban muy convencidos, excepto su tía Marta, que tomaba nota de ello.

Se corrió la voz por La Ribera de que Paulo podía ver lo que iba a pasar, antes de que pasara, era vidente. Un día, secuestraron a un Diputado que vivía cerca de La Ribera, y unos hombre fueron en busca de Paulo para hacerle preguntas sobre si podía tener alguna visión del paradero del secuestrado y sus secuestradores.  Al final, tras las pistas que Paulo dio, el Diputado fue liberado.

Su fama cada vez iba a más, salía en los periódicos, en la televisión, donde le llevaron para hacerle preguntas de parasicología pero Paulo falló todas, ya que quiso hacer ver a todo el mundo que era un niño normal, que no tenía ningún poder, por lo que después fue abucheado por todo el mundo. Llegaron las noticias a manos de su madre, la cual muy disgustada, fue a buscarle para llevarle a casa.

A los seis meses, su prima recibió una carta de Paulo y una llamada de su tía, invitándola a pasar unos días con ellos, a lo que aceptó encantada. A la vuelta iban a coger el tren, pero Paulo dijo que no lo hicieran, que fueran en coche. Al día siguiente, salió en las noticias que el ese mismo tren había tenido un accidente. Entonces su prima se dio cuenta de que Paulo sí tenía el don.

Opinión personal: Me ha parecido interesante.

David Ribagorda González